Si alguien te preguntara ¿Qué es la vida? ¿Qué responderías? ¿Lo sabes? Tienes alguna idea, o simplemente no tendrías como responder esa pregunta, ¿Nunca te has preguntado por qué? porque nos cuesta tanto definir lo que es la vida, acaso no deberíamos de tenerlo bien claro, o acaso alguien que debió explicárnoslo no lo hizo, y si es así, ¿quién fue? quien fue ese ser que no nos explico algo tan esencial... ¡Nadie! esa es la respuesta, nadie tiene porque explicarnos algo que debe estar en nuestro interior, algo que debemos aprender con el pasar de los años, y que es distinto para cada uno de nosotros, para unos la vida puede ser bienes materiales, mientras que para otros un simple atardecer en compañía de la persona a quién Aman puede significarlo todo en la vida. Para un anciano tal vez cada minuto, cada segundo que transcurra, en compañía de sus familiares debe ser un regalo divino..., ¡un regalo divino! esa podría ser la respuesta, un regalo divino que se nos hace y que
Las cosas cambian dependiendo del cristal con el que se mire y el cristal cambia con el pasar del tiempo, lo que hoy no entendemos mañana puede resultar claro y transparente a nuestros ojos, la percepción no es algo invariable por el contrario es cambiante y sujeta a las vicisitudes del destino y a nuestras decisiones, las mismas que cambian nuestro camino por un u otro sendero. Solemos caer en el error de asegurarnos en mantener siempre la misma opinión sobre algo por miedo al reproche si cambiamos lo que antes pensamos al respecto, sin embargo dejamos de tener en cuenta que el tiempo nos moldea, el conocimiento nos nutre y con ello nuestro cristal cambia y con él nuestra percepción sin que la anterior estuviese errada, simplemente se ajustaba a un momento y a una coyuntura específica. Las percepciones están sujetas a la incertidumbre y la incertidumbre nos ayuda a seguir adelante y abrir puertas que de otra forma ni siquiera veríamos. Cambiar nuestras percepciones no est