Las cosas cambian dependiendo del cristal con el que se mire
y el cristal cambia con el pasar del tiempo, lo que hoy no entendemos mañana
puede resultar claro y transparente a nuestros ojos, la percepción no es algo
invariable por el contrario es cambiante y sujeta a las vicisitudes del destino
y a nuestras decisiones, las mismas que cambian nuestro camino por un u otro
sendero.
Solemos caer en el error de asegurarnos en mantener siempre
la misma opinión sobre algo por miedo al reproche si cambiamos lo que antes
pensamos al respecto, sin embargo dejamos de tener en cuenta que el tiempo nos
moldea, el conocimiento nos nutre y con ello nuestro cristal cambia y con él nuestra percepción sin que la
anterior estuviese errada, simplemente se ajustaba a un momento y a una
coyuntura específica.
Las percepciones están sujetas a la
incertidumbre y la incertidumbre nos ayuda a seguir adelante y abrir puertas
que de otra forma ni siquiera veríamos.
Cambiar nuestras percepciones no está mal, mantenerlas…
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